lunes, 14 de abril de 2014

Comic autobiográfico mediante PIZAP

Como bien expliqué en un post anterior, la tercera y última tarea del cómic autobiográfico es hacer el cómic mediante pizap, una web que permite crear comics tanto de dibujos como subiendo fotos propias.

En esta parte es donde hay que integrar las ideas sobre educación y género de la charla de Estitxu y las fotos relacionadas con el tema. Tengo que decir que, al igual que mi compañera Izaskun Pedrea, me ha encantado hacer este trabajo. La verdad, creo que es el que mas he disfrutado haciendolo, tanto con las fotos, como despues con el photoshop.

Este es el resultado del cómic autobiográfico que llevamos semanas haciendo:


Pero dejarlo solo en la foto seria quedarse un poco pobres, así que hemos hecho un texto reflexivo que acompañase a la foto.

Este año, en el trabajo modular hemos investigado respecto al género y los estereotipos que están relacionados con ellos. Al principio, no sabíamos cómo abordar este tema, ya que es muy extenso y complicado de sintetizar en unas pocas hojas. Como personas, y sobre todo como mujeres, decidimos indagar en las consecuencias que tienen los estereotipos en nuestra manera de ser y carácter.

Al investigar sobre la imagen de la mujer durante la historia nos hemos dado cuenta de muchas cosas. La primera de ellas y la que nos ha traído a hacer este trabajo es la cosificación de la mujer.

Constantemente nos están bombardeando con imágenes de mujeres bellas que solo buscan dinero, ropa y un hombre que las mantenga. Hemos perdido todo tipo de derechos al convertirnos en simples muñecas. Un claro ejemplo de esto podría ser la Barbie que durante generaciones a acompañado a las niñas como muñeca de juegos preferida., pero ¿qué es lo que la Barbie y muñecas semejantes a estas nos han inculcado? Nada bueno, la verdad.

Mujeres que están calladas y siempre sonrientes. Mujeres que solo desean vivir para estar bellas y para buscar un buen hombre que mantenga sus caprichos. Resumiendo, las mujeres somos consideradas meros objetos de decoración, somos algo que hace la vida de los hombres más bonita y cómoda, para que ellos puedan seguir dedicándose a obtener éxitos en el ámbito público.

Las mujeres somos personas ante todo, no somos una lista de atributos, no somos objetos que decoran. Parece que estamos condenas a vivir en la sombra de la imagen del hombre, y nosotras nos negamos en rotundo a esto.

No llevamos etiquetas, no somos solo madres, amantes, cocineras... somos más mucho más, somos mujeres y ante todo personas. Personas que luchan por obtener sus propios sueños y anhelos. No queremos escondernos tras de nadie, queremos que se nos vea y se nos escuche como iguales, y no como seres inferiores que constantemente hay que proteger y salvaguardar.

Lo peor de la objetivización, aunque parezca mentira, no es el hecho de la negación del derecho a ser personas completas, si no las consecuencias que tiene la cosificación de la mujer.

El mundo y nuestra sociedad ha utilizado muchas veces la cosificación de los seres humanos, un claro ejemplo de esto está en un capítulo reciente y muy oscuro de la sociedad occidental: la segunda guerra mundial y los campos de concentración.

Los nací hicieron una gran campaña de desprestigio hacia no solo judios, sino a todos aquellos que no considerasen que tuvieran los mismos derechos que ellos. Les trataron como animales, se les olvido u obviaron que con quien trataban eran personas, y como no las consideraban seres humanos, la violencia hacia ellos estaba justificada, de igual manera que un granjero mata a una vaca porque ya esta vieja y enferma.

Las mujeres hemos sufrido algo parecido. Cuando a un ser humano se le quita la identidad de persona, la violencia queda justificada, ya que ya no la ves cómo alguien independiente, si no como algo que es de tu propiedad y todos sabemos qué hacemos lo que nos da la gana con nuestras cosas. La consecuencia más grave de esto es la violencia de género que tenemos que soportar a diario. Lo peor es que este tipo de violencia se esconde detrás de pequeños gestos cotidianos de los que no somos conscientes, porque los tenemos tan interiorizados que los damos por naturales.

Nosotras con este trabajo reivindicamos nuestro poder, nuestro derecho a ser personas y no cosas, nuestro poder de elegir y sobre todo, nuestro poder como mujeres libres e independientes. Se acabó esconderse tras de las sombras de los hombres, es nuestra oportunidad de brillar con nuestra propia luz, esa luz que durante mucho tiempo nos han intentado apagar.

Esperamos que las cosas sigan cambiando y que, bien los hombres y bien las mujeres, siempre tengamos el derecho a elegir quienes somos y quienes queremos ser, si tener que llevar en nuestra espalda el peso de lo que los demás y la sociedad espera de nosotros. Quitémonos las caretas, los tiques, los códigos de barras... apartémonos de todo aquello que nos quiera encasillar y marquemos nuestro propio camino, fiel a quienes somos en realidad.

1 comentario:

  1. Muy sugerente el comic y el texto reflexivo. Y además vas haciendo muy bien el día a día del proyecto en tu blog.

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